08/08/2018 - Escuchadme, médicos de España!!!!

• Cuenta la historia de un residente muy prepotente, que parece ser que criticaba frecuentemente a los adjuntos que estaban con él. Resulta que, cuando esta persona estaba de vacaciones, vino una mujer a urgencias que ya fue tratada por él, y la cogió Jesús. Según cuenta Jesús, esta mujer le habían diagnosticado "contusión en la espalda" y a su casa que la mandaron.
• Otro caso de una persona que tuvo un infarto de miocardio, muy característico. Esta persona llegó al Clínico en una ambulancia sin acompañamiento, una auténtica cagada, ya que podía haber tenido una parada cardiaca. Este caso se tapó, porque afectaba a un médico que era familiar de un miembro del sindicato de médicos.
• Otra historia, de una mujer que llegó a urgencias con un dolor en el pecho. Una residente le comentó a Jesús que le había hecho un electrocardiograma, pero que "no le veía nada raro". Él le dijo que esperase, que estaba liado y ahora la veía. Al parecer, el trasiego hizo que pasase el tiempo y la mujer se terminó yendo a su casa. Y allí murió.
• Jesús comenta acerca de personas que le acompañaron en los inicios, pero con el tiempo, debido a sus ideales politizados, o intereses políticos, terminaron abandonando a Jesús en la lucha. Él no niega la profesionalidad de ellos, pero sí les recuerda lo que le dolió que lo dejasen tirado, con lo que ha tenido que aguantar.
• Dr. Belmar, Dr. Mirón, Dr. Vilchez... Si alguna vez os toca algunos de estos, que sepáis los que le escuchan que están en las mejores manos. Eso sí que quiere Jesús que quede claro.
• En otro orden de cosas, Jesús reconoce la valentía que personas que se han enfrentado solos a injusticias, siendo machacados por el propio sistema. Él no tenía pensado hacerlo así. Él primero se armó con miles de personas, ganando su simpatía a través de la red, y ahora que se siente acompañado, va con toda la fuerza con la cabeza bien alta.
• Mensaje a los médicos: Si siempre habéis tenido miedo por enfrentaros a la Administración, ahora vas a tener miedo de enfrentaros a Jesús y a sus cientos de seguidores por no enfrentaros ni intentar mejorar las cosas.