Hoy me quedo con esta imagen. Fue allá por 2016 cuando mi mujer me reenvió el vídeo de un desconocido Spiriman (desconocido para mí, claro), que delante de la cámara decía verdades como puños. Con un semblante serio y hablando de forma tranquila (más adelante descubrimos que en realidad este comportamiento encerraba una rabia contenida por las injusticias que se estaban cometiendo), advertía desde dentro del sistema sanitario como todo se estaba, poco a poco, yendo al carajo por la acción de unos y la pasividad de los demás. Comencé a ver sus vídeos de forma regular, intentando comprender el motivo por el que este médico se exponía públicamente e iba desgranando las carencias del hospital en el que trabajaba. Con el tiempo, le cogí hasta cariño y no me llegó a importar que en ocasiones pudiese soltar algún improperio o patinar en algún dato, porque lo que mis ojos estaban percibiendo no era un líder de masas que venía a salvar la sanidad, sino a un humano como nosotros, con sus más y s...
Hace más de dos años que descubrí a Jesús Candel, a través de mi pareja. Una de las cosas que más me gustó de este médico era la forma en que expresaba las ideas: sin tapujos, sin fatiguitas, a pecho descubierto y que cayese quien cayese. Cuando llevaba unos meses siguiéndole por las redes sociales, empecé a darme cuenta de las pasiones que levantaba: por un lado era capaz de echar a la gente a la calle y a seguirle hasta el fin del mundo, por otro lado generaba un rechazo inmenso, hasta el punto de llegar a desearle lo peor. Esto me llamó mucho la atención, así que decidí estudiar a fondo sus vídeos y analizar todos sus mensajes, todo con la idea de crearme MI PROPIA opinión. Con el tiempo, descubrí que Spiriman tenía claro-oscuros, algo que no es para nada malo, ya que demostraba que era HUMANO y no un producto hecho para contentar y crear seguidores en las redes sociales. Entonces decidí hablar con la gente de Justicia por la Sanidad y ofrecerles este blog donde poder desgrana...